Los primeros momentos son de mucha euforia, cánticos y gritos, muchas expectativas de lo que nos viene encima...
A la altura de Vigo repostamos gasolina y cogemos a Leo, quien va a ser nuestro guía en estos próximos días. Le toca hacer de instructor, de juez, de ángel de la guarda, de acompañante... Tiene las cosas claras y así nos lo hace ver desde el principio.
Llegamos a Guimaraes, y aprovechamos para dar un paseo por esta bonita ciudad, una de las primeras que dio origen a la nación portuguesa. Y reponemos fuerzas al mediodía.
De vuelta al bus nos queda un pequeño trayecto para llegar a nuestro objetivo: el parque Pena Aventura. Es un amplio espacio lúdico, en medio de la naturaleza, lleno de actividades para disfrutar al aire libre. El tiempo nos acompaña, perfecto, ni frío ni calor.
La tarde se nos va disfrutando de una gran tirolina (1,5 km de longitud y 150 m de desnivel). Espectacular, para disfrutar de la sensación de un pájaro sobrevolando el bosque. Después nos vamos a un circuito con pequeños karts. Y por último un paseo de habilidad con obstáculos por encima de los àrboles.
Pausa y freno, para la ducha y la cena. Y para terminar el día fiesta al ritmo de la música, compartida con otros colegios también presentes en el parque.