Después nos dimos un bonito paseo en barco, por las aguas del río Duero, que nos dejó en la retina otra visión de Oporto, disfrutando también de la brisa atlántica.
Y ponemos ya el punto final comiendo al lado del río. La aventura se termina. Toca volver a casa. Tres días intensos de convivencia que se quedan en nuestro recuerdo, en esta recta final de nuestra etapa en Casa do Neno.